La sombra perdura en un pecho deshabitado, en la espera de la llegada de la luz de tu sonrisa, que ilumine el sendero aterciopelado de pétalos carmín, de esa rosa que entrego su existencia, para acariciar los pasos; La sombra perdura en un tiempo extinto de sueños, acumulando secretos que el viento no llevo, hasta que el fuego de su pasión, virgen de tristezas, encendió la hoguera de un amor, donde la dulce algarabía, nutre las ganas, donde la pena no tiene lugar, y el miedo se extingue, tornándose valentía, donde el gemido invadido de silencios, explota en la palabra que calló; La sombra perdura en una espera de la nada misma, nada que se extingue con el todo que carga tu susurro, ese susurro que resucita mi latido, provocando que me sonroje, con el roce casi ineludible de tus labios, como una caricia eterna, como esta pasión ...infinita