El vigor de las montañas, refugia en sus faldas el sueño de mentes llenas manos vacias; La magia se percibe cuando el otoño baña de rojizos, y mil ocres crujientes, que calzan pies desnudos; El perfume a cipres y lengas embriaga los sentidos, hasta cautivarlos; La ilusion se cobija en los senderos primaverales, reteniendo un verano de pasiones; Un centenar de credos reverencian ante un mismo punto, el de la credibilidad de lo natural, ante lo unicamente verdadero, el sentir por el entorno mágico que nos rodea; Este es el paisaje que me tiene preso, sin rejas ni cadalsos , tan solo ...con su aroma de libertad