Un dia...mi madre

fuiste abrigo
en la soledad de mis inviernos,
me acogiste con tu sombra
en la desértica desazón,
tu regazo
meció mis sueños,
y acarició las mas inverosímiles ilusiones,
tu mirada apaciguada
y la paciencia infinita,
desvanecieron mi ira de momentos
y desalentaron mi rendición,
en tiempos de tristeza tus manos
dieron fuerzas a las mías,
y en días de alegría
se tornaron en ríos imprecisos
de abrazos desbocados,
un día...
solo ese día
tus lágrimas empañaron mis ojos,
y tu sonrisa...
se apoderó de un eterno adiós...


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